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High-speed railway line in Spain, Source: EIB

Un enlace ferroviario en Extremadura, o colocar la pieza faltante en el Corredor Atlántico

Un enlace ferroviario en Extremadura, o colocar la pieza faltante en el Corredor Atlántico

El BEI invertirá 890 millones de euros para hacerlo realidad

Ayer 23 de noviembre, el Banco Europeo de Inversiones anunció algunas noticias importantes sobre la construcción del Corredor Atlántico Europeo, que está destinado a conectar la Península Ibérica con Europa Central a través de una infraestructura de transporte continuo. El Banco aportará 890 millones de euros para la construcción de un ferrocarril de alta velocidad que cruce Extremadura, una comunidad autónoma fronteriza con Portugal, y colmar así el hueco necesario para una conexión rápida entre Lisboa y Madrid.

Este proyecto tendrá importantes beneficios ambientales y económicos para la región fronteriza

La noticia se dio a conocer a raíz de un acuerdo entre Adif Alta Velocidad y el BEI, que preveía un préstamo de 300 millones de euros. Este será el primer tramo de la subvención global, que también incluye subvenciones del Fondo Europeo de Desarrollo Regional.

El tramo proyectado atraviesa toda Extremadura, desde Talayuela hasta Badajoz, conectando en su recorrido también las comunidades de Navalmoral de la Mata, Plasencia, Cáceres y Mérida, en una longitud total de 282 kilómetros. ¿Y qué hay de los beneficios de esta empresa de infraestructura?

Naturalmente, se espera que su finalización reduzca significativamente los tiempos de tránsito tanto de pasajeros como de mercancías entre la capital española, la frontera y Lisboa. En cifras absolutas, esto significa un mejor servicio a 2,6 millones de pasajeros al año.

En términos económicos, esta noticia llega en el momento adecuado dada la crisis provocada por la pandemia de COVID. Se espera que la etapa de construcción del proyecto cree unos 17 000 puestos de trabajo.

Y por último, pero no menos importante, el aumento del transporte ferroviario fiable contribuirá a reducir las emisiones nocivas de CO2 a la atmósfera creando una alternativa sostenible en torno al crecimiento económico.

Este último punto está generalmente en línea con la ambición del BEI de apoyar preferentemente iniciativas que tendrán un impacto positivo en el cambio climático.

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